viernes, 12 de marzo de 2021

HELENA de Eurípides por Samanta Lomelín Aguilar

 Forma

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO 

 

 

Facultad de Humanidades​ 

Licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas 

 

 

 

Unidad de aprendizaje: ​ 

Tragedia 

 

 

 

Docente:  

Dr. Luis Quintana Tejera 

 

 

Análisis literario sobre Helena de Eurípides   

 

 

Alumna 

Samanta Lomelín Aguilar 

 

 

Eurípides nacido en Atenas de 480 a. C. y muerto en Pella de 406 a. C. fue uno de los nombrados “tres trágicos” junto con Sófocles y Esquilo. Consiguió atraer una audiencia abordando temas universales como la justicia versus la venganza, el estado de derecho contra la voluntad de los dioses y la lucha entre la razón y la pasión1.  

Dio ¾al igual que Esquilo¾ papeles de relevancia a personajes femeninos inteligentes y mordaces e incluyó a ciudadanos comunes en partes significativas de sus obras. Respecto a los papeles de los dioses griegos decidió restringir su aparición sólo al principio o al final de sus obras, lo que eliminó los roles prominentes de éstos 

Le sobreviven únicamente dieciocho tragedias completas y un drama satíricoEn sus obras, el elemento trágico deriva del sufrimiento del personaje principal y su incapacidad para mejorar su situación. Aristóteles decía de Eurípides que era el más trágico de los dramaturgos, aunque su ejecución fracasara en algunos aspectos pues priorizaba la construcción de la fábula2. 

En Helena la protagonista es enviada por los dioses a Egipto para ser resguardada mientras otra tomaba su lugarIntertextualmente la Helena que se lleva Paris es solo una copia hecha con aire de cielo por Hera, esto para que la verdadera se conserve pura a su esposo Menelao y se le exima la culpabilidad de los actos que por su nombre se han cometido. Menelao tiene por destino reencontrarse y reconocer a la verdadera Helena y qula copia se desvanezca al momento.  

Ante la muerte de su protector el hijo del reyTeoclímenoignora a voluntad todo deseo de su padre ante la seguridad de Helena y pretende desposarla. Desde los primeros versos el lector descubre que la conocida belleza troyana no va a ser la mujer fatal dominante y altiva de su belleza en esta obra, sino una suplicante que reza a la tumba de su protector muerto pidiendo ahora resguardo de los dioses anhelando recuperar a su marido por ley, Menelao y esperando no tener que casarse con Teoclímeno. 

Que Menelao ignore su existencia en Egipto es otro de los pesares de Helena, pero cumpliendo con su destino, después de diez años navegando por el mar, Menelao llega náufrago buscando ayuda del rey y se la encuentra a ella. Tras una larga escena de reconocimiento y la aclaración del por qué la Helena de verdad está en Egipto, ambos proceden a idear un plan para huir juntos del palacio y regresar a su natal Troya. Helena ingenia una historia que implica convencer a Teonoe, hermana del rey, de ayudarlos con su silencio respecto a la presencia de él y la falsa noticia de su muerte.  

El rey cede a las peticiones de Helena que ha prometido casarse siempre y cuando pueda enterrar al supuesto difunto con todas las particularidadesDespués del engaño consiguen escapar y tener un happy ending como pareja. 

 La tragedia retoma la imposibilidad de los personajes de escapar de su destino, tanto Helena que está atada por su belleza y los males que esta produce, como Menelao que se encontraría con ella, aunque pudiera ser asesinado por ello. Las desgracias de Helena comienzan desde que Hermes la sustituye por una imagen que implica que los aqueos y troyanos peleen por una copia y no por la auténtica, creándole así injusta fama. 

Troya es una hoguera. Y todo por mi culpa,/ causa de tantas muertes, torrente de desgracias./Buscó la muerte Leda con nudo corredizo/por el dolor que mi deshonra le produjo./Mi esposo, errante tanto tiempo por el mar, ha perecido. 

Su única esperanza es que Menelao esté de hecho vivo y la encuentre para que aclare su situación y limpie su nombre, de no ser así ella está destinada a ser recordada como la responsable de innumerables muertes además de una esposa infiel. Resulta viable decir que lo que lamenta no es realmente lo que sucedió en Troya, sino que ahora su nombre está manchado y todos en su patria le tiene recelo. En el soliloquio que comparte con la corifeo se deslinda de la responsabilidad tanto de la guerra como de la muerte de su madre, culpando al destino y a su madre misma por haberla hecho así; “lo primero de todo, siendo como soy inocente, resulto ser infame, porque peor que el hecho mismo del mal es que le acusen a uno de males que no ha cometido3”.  

Haciendo uso de anáforas, Helena da validez a su sufrir ¾y al de todos los que la han padecido¾ en el momento justo antes de encontrarse con Menelao, introduciendo al lector a una atmósfera de suspenso e intriga; “dolor añadido al dolor, sufrimiento añadido al sufrimiento, llanto añadido al llanto4. 

Helena reconoce a su amado y trata de aclararle la situación ¾explicada anteriormente por la anciana que le abrió la puerta a la entrada del palacio¾ provocando así la anagnórisis de la obra, el momento de descubrimiento para Menelao de que su esposa nunca llegó a Troya ni fue raptada y lleva todo ese tiempo alejada de él. Este atónito se rehúsa a creerle: 

MENELAO.– ¿Es posible que mi mente esté sana, pero mis ojos enfermos?  

HELENA.– Al verme ¿no te parece estar viendo a tu esposa?  

MENELAO.– Tu cuerpo desde luego es semejante, pero la certeza me impide...  

HELENA.– (Señalándose) Fíjate ¿Qué más necesitas? ¿Quién me conoce mejor que tú? 

MENELAO.– Te pareces, eso desde luego no puedo negarlo.  

HELENA.– ¿Quién te lo va a enseñar mejor que tus propios ojos?5 

Tras reconocer a su esposa y después comprender la dificultad a la que se enfrentan, Helena decide que no hay solución para ellos y temiendo por la vida de Menelao y por la suya propia los señala desgraciados. Hasta que ¾en un momento de lucidez y después de rechazar la idea de Menelao de luchar con el rey¾ Helena desarrolla un plan de escape para el cual necesitarán la ayuda de Teonoe pues al ser profetisa es la única aparte de Helena que sabe que Menelao está en Egipto.  

HELENA.– Si ella está de acuerdo, fácilmente, pero a escondidas de ella desde luego no hay nada que hacer.  

MENELAO.– Pues eso es tarea tuya ya que es asunto de una mujer en tratos con otra mujer.  

HELENA.– Confía en que mis manos abrazarán suplicantes sus rodillas.  

MENELAO.– De acuerdo. ¿Pero y si después de todo no acepta nuestras súplicas?  

HELENA.– Entonces morirás y yo, pobre de mí, tendré que casarme por la fuerza6 

Es en este punto en el que ¾haciendo uso de las suplicas¾ Helena logra ganarse el favor de la hermana del rey apelando a sus desdichas; el rencor de su pueblo y la tristeza de llevar tanto tiempo alejada de los suyos. También le recuerda la promesa de su padre de cuidar de ella hasta que regresara su marido a buscarla. Demostrando profundidad en su personaje, Teonoe se expresa piadosa y tal como Hemón en Antígona cree que dejarlos ir es una decisión que traerá un mejor resultado y beneficiara a más personas que impedírselos.  

El placer trágico es el de la piedad y el temor, y el poeta debe producirlo mediante una tarea de imitación7”. Eurípides integró con Teonoe la flexibilidad de los personajes y el juicio en beneficio de bien mayor.  

Resuelto eso, el plan de Helena que implica engañar aún más Teoclímeno da inicio. Después de que Menelao se haga pasar por un mensajero sobreviviente del mar y anuncie su propia muerte, con la promesa del himeneo, Helena logra que el rey ceda a un rito fúnebre en el mar para el que piden armas, un toro y caballo, un buen bote y comida. Jactándose de sus opulencias, acepta todas las cuestiones que implica tal rito, no sin antes recordarles a sus marineros que deben seguir toda indicación que dé el supuesto mensajero. 

En modo de analepsis uno de los marineros del rey regresa a su encuentro a describirle lo que acababa de ocurrir, narra que gente de Menelao subió al barco fingiendo ser andrajosos que querían despedirse del muerto y cómo después de llegar a la frontera, Menelao desenfundo su espada y todos juntos tomaron posesión del barco. No eximiendo de la culpa a su propio rey el mensajero/marinero no le permite pasar inadvertida su responsabilidad diciendo “y es que al darle al extranjero el mando de la nave lo echaste todo por la borda8”.  

Teoclímeno demudado de felicidad y triunfante por sus nupcias con Helena ha traicionado y fúrico por permitir que le vieran la cara decide que matará a su hermana por no haberle informado el plan de la pareja.  

TEOCLÍMENO.– ¡Desdichado de mí, que he sido presa de maquinaciones femeninas! ¡A paseo mi boda! Si tuviera una posibilidad de perseguir su nave y darle alcance, me esforzaría y capturaría al punto a los extranjeros. Ahora haré pagar sus culpas a mi hermana que me ha traicionado, pues vio en palacio a Menelao y no me lo dijo. Así nunca más engañará a otro hombre con sus adivinaciones. 

Antes de que lo consiga se interponen en su camino un sirviente que trata de hacerlo entrar en razón (solo consigue una amenaza de muerte) y los Dioscuros ¾hijos de Zeus¾ que le informan que el viaje de Helena es bendecido por los dioses y que al final de su vida se le llamará diosa y será digna de las ofrendas que los mortales puedan hacerle. Y respecto a su condición si bien es malaventurado, los dioses no lo odian, pero casarse con Helena no era parte de su destino. 

CORO.– Muchas son las formas de lo divino y a muchas situaciones imprevistas dan curso los dioses. Lo que se espera no se cumple y la divinidad encuentra un modo de hacer que se cumpla lo inesperado. Así ha sucedido en esta obra. 

La obra termina con una reflexión del autor en forma de estásimo en la que indica que la voluntad de los dioses siempre se hará valer sin importar la manera e imprevisto o no todo encuentra su curso.  

Helena en esta obra es presentada como una mujer con muchísimas virtudes y una agudeza impecable que además no se deja controlar y sólo espera el momento adecuado para actuar y hacer frente a sus adversidades, sin embargo, su personaje profundiza en el egoísmo de las acciones y en no asumir ciertas responsabilidades, dándole pocos límites al personaje, lo que permite que pase de un lado a otro en el espectro de moralidad, como cualquier persona.   

 

 

 

 

 

Salto de página 

Bibliografía 

Aristóteles, Poética; ediciones Istmo, Madrid, España, 2002, p. 19. 

Bolaños López, Zahyra Helena soy de nombre: ¿Helena de Troya, o Helena de Egipto?.... Revista Káñina [en linea]. 2010, XXXIV(2), 107-114[fecha de Consulta 6 de Marzo de 2021]. ISSN: 0378-0473. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=44248788007 

Cartwright, M. (17 de Abril de 2015). World History Encyclopedia. Obtenido de https://www.ancient.eu/trans/es/1-11828/euripides/ 

Eurípides, Helena, En https://www.teatrogrecolatinosegobriga.com/wp-content/uploads/2015/12/Helena.pdf 

Lenis Castaño, John Fredy Frágil culpabilidad. El conflicto entre arrogancia moral y sabiduría trágica en Eurípides. Civilizar. Ciencias Sociales y Humanas [en linea]. 2012, 12 (23), 133-147 [fecha de Consulta 6 de Marzo de 2021]. ISSN: 1657-8953. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=100228405009 

Nápoli, Juan Tobías Espacios escénico, geográfico y metafórico en Helena de Eurípides. Synthesis [en linea]. 2007,  14( ), 109-128[fecha de Consulta 6 de Marzo de 2021]. ISSN: 0328-1205. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=84601407 

Sáenz Alfonso, Álvaro HELENA DE EURÍPIDES: ENTRE LO CÓMICO Y LO TRÁGICO. Perífrasis. Revista de Literatura, Teoría y Crítica [en linea]. 2017, 8 (16), 102-116 [fecha de Consulta 6 de Marzo de 2021]. ISSN: 2145-8987. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=478152079008 

 

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