lunes, 17 de mayo de 2021

Nora rompe las reglas dominantes en su siglo por Alma González Tereso

 NORAROMPIENDO REGLAS: NO A LA MUJER SOMETIDA 

CASA DE MUÑECAS – IBSEN  

“He sido muñeca grande en esta casa, como fui muñeca pequeña en casa de papá.” 

De Ibsen al teatro 

Henrik Johan Ibsen, a partir del estreno de sus obras más conocidas, fue fortaleciendo temas dramáticos, así como las formas teatrales que con los años se convertirían en la manera más característica de hacer teatro. Incluso, muchos historiadores de la literatura hablan de un «antes» y un «después» de Ibsen. Su teatro, de personajes con perfiles sicológicos definidos, la crítica social y moral que lleva envuelta su propuesta, la utilización del Realismo como manera de aproximarse al individuo y a la sociedad, han sido elementos tan fuertes y de tal resultado en el teatro de finales del siglo pasado y comienzos de este siglo, que, a partir de sus obras, había nacido una nueva época para eacontecimiento europeo.  

Nació en el pequeño puerto de Skien, situado a 150 kilómetros de la capital de Noruega, Cristianía, actual Oslo. (Ruiza, 2004) Además de ser dramaturgo, hombre de teatro y escritor, fue una figura pública, no sólo en su país, sino también en Europa. Parte de ello se debió a que su aliento inquieto, además de cuestionador impregnó los orgullos republicanos del mundo y los llevó a Noruega, una nación que había sido dominada durante 450 años por los escandinavos. El Romanticismo alemán influyó vigorosamente en su primera etapa, marcando sus escritos con discursos de libertad, gracias a ello ganó una seria polémica desde temprano entre sus contemporáneos, con los años convirtiéndose en alguien que influiría sobre la opinión pública. De allí su renombre, así como el reconocimiento oficial que poco a poco fue conquistando. 

Ibsen y Casa de muñecas  

Casa de muñecases una obra teatral que no tiene sobrante, tanto por su forma de escritura, como por la sutileza ante el espectador y/o el lector, que acaba envuelto por la trama de una manera muy dramática. Ya que Ibsen es considerado uno de los mejores dramaturgos noruegos y uno de los que más ha influido en la dramaturgia mundial. 

Desde sus primeros estrenos que data del 21 de diciembre de 1879 en el Teatro Real de Copenhague y el 20 de enero de 1880 en el Teatro Nacional de Cristiania, Nora, la protagonista, y su desaire final, se convirtieron en bandera del feminismo de modo que el autor haya adoptado la postura como defensor. Se estrenó en gran parte de los países de Europa generando una enorme polémica, siendo inevitable posicionarse a favor o en contra de su protagonista Nora, resultando su desconsideración final como motivo de escándalo. (Anónimo, 2017) 

Como primera obra dramática de Ibsen, causó sensación en todos lo sentidos. En la actualidad, es quizá su obra más famosa resultando a modo de lectura obligatoria en muchas escuelas y universidades. Cuando se publicó, generó gran controversia, ya que lleva consigo una crítica fuertemente hacia las normas matrimoniales del siglo XIX. Y aunque Ibsen negó que su obra fuera feminista, por muchos críticos fue considerada como la primera y conjuntamente, verdadera obra teatral feminista.  

Esta obra describe la situación en la que se encuentra la protagonista, Nora. La cual intenta salir, tras intentar con su mejor atrevimiento ayudar a su marido, descubriendo que éste, en el fondo, no la considera más que como un simple objeto de su propiedad. Nora, como bien se observa, es la protagonista, casada desde hace ocho años con Torvaldo Helmer, abogado y próximamente director de un banco, con quien tuvo tres hijos. Nora, pese a todo, se muestra como una mujer feliz, que celebra y juguetea con su marido, aunque él la llama con nombres de animales. 

Compuesta de tres actos, donde los sentimientos de culpa, tristeza, preocupación y angustia van ocupando poco a poco la mente de los personajeshasta llegar a un punto donde se sienten en un callejón sin salida siendo la única opción al decir la verdad. Lo interesante de esta obra es justamente que los personajes van cambiando a medida que se va desarrollando el argumento, demostrándonos que no es fácil vivir de acuerdo con los valores auto impuestos en donde se debe cumplir con lo que se supone que es aceptable, convirtiéndolos en agentes pasivos de su propia existencia. 

Rol de la mujer  

Para Nora, es difícil no tener un comportamiento parecido al de una muñeca, ya que debe cumplir con las leyes y las premisas sobre moral premeditadas por hombres, sin tomar en cuenta en ningún momento su punto de vista. 

Para la época en que se dio a conocer esta obra (1879), provocó polémica, pues la crítica al orden preestablecido no resultó muy agradable para una sociedad que creía tener el deber de fomentar el hecho de que las mujeres debían ser sometidas, a pesar de su capacidad e intelecto, bajo un manto de moralidad y escrúpulos que el hombre podía manipular a su conveniencia. La sola idea de que una mujer actuará sin la autorización de su marido era motivo de exaltadas discusiones y juicios nada equitativos para las mujeres. 

En Casa de muñecas nos topamos con un relato donde de entrada nos pintan una hermosa estable familia, donde los esposos tienen un determinado papel en su comportamiento según lo dicte la sociedad y el famoso “qué dirán, hasta que, por pretensiones del destino, los envuelve una situación donde la dulce, dócil e infantil Nora debe actuar a sus espaldas en virtud de mantener el bienestar familiar, pero por, sobre todo, su bienestar. Comenzando a brotar pensamientos de preocupación y miedo, primeramente, de estar haciendo lo correcto, de que su cuestionable acción no fuese descubierta por nadie y luego de la frustración ante la incomprensión de su marido por lo que había hecho. Una clara ejemplificación del cómo va evolucionando este personaje. Ante la realidad de lo que pasó, cada uno comienza a valorar según su propia comodidad, conveniencia y/o perspectiva, lo que ha sucedido, y como dicen, es mejor juzgar a otros, culpándolos por todo cuando los resultados no son los esperados. 

Nora como símbolo de evolución o revolución  

Nora, es el punto focal de la historia, en ella se centra la intención del autor de generar controversia, al darle a este personaje femenino un carácter despreocupado al principio, pero que después evoluciona hasta convertirse en una mujer segura de sí misma, que quiere tomar las riendas de su vida de ahora en adelante. Inicialmente se muestra como una mujer superficial, según su forma de pensar, siendo la clase social el factor importante en la cual está basada su felicidad. En algunos casos se puede pensar que es un poco egoísta y que le gusta presumir de lo que tiene (un esposo dedicado y con un trabajo excelente, tres hijos maravillosos y en apariencia, una perfecta familia feliz). 

Sin embargo, al final de la obra, Nora se ha enfrentado a situaciones que la han llevado a crecer como persona, cambiando su propio punto de vista, planteándose la posibilidad de hacer un cambio de vida, donde ella pueda expresarse, y de igual forma, vivir de manera independiente. 

Dos facetas: la verdadera parte de ella y la que simula ser. Siendo su personaje visiblemente comparado con una muñeca, por ello el título de esta obra 

Nora es un personaje femenino, algo que ya era raro para la época, pues la mayoría de los protagonistas eran masculinos, ella va a ir evolucionando a lo largo de la obra, donde va a concluir separándose de su marido, abandonando a su casa e hijos. Demostrándoles a toda la sociedad que las mujeres pueden ser libres e iguales a los hombres, incluso superiores. Pero para esto tienen que ser personas decididascapaces de luchar, como bien lo dijo Ibsen: “Si dudas de ti mismo, estás vencido de antemano.” 

Convirtiéndose en una modelo a seguir. 

Portazo de Nora 

El portazo final, es un símbolo. Hasta cuándo una mujer puede resistir una vida sometida a caprichos del marido y el deber de complacer con trinos de alondra sus reclamos; y no sólo eso, dejarse llamar manirrotita y soportar que un hombre no acepte que su esposa sea capaz de resolver un problema, aunque con ello, pudiera hasta salvarle la vida. Era en aquellos tiempos, una verdadera humillación para el severo burgués, director de un Banco, permitir tal independencia, un hombre, que disfrutaba locamente ver a su mujer, bailar, disfrazarse y declamar, manejándola a su antojo. (Agudelo Puerta) 

No a la mujer sometida 

Nora se da de cuenta que su matrimonio solo estaba obrado bajo la opresión y la apariencia social que su esposo quería mostrar ante la sociedad, descubrimiento que le hace sentir la necesidad de buscar el amor en sí misma, dejando en un segundo plano el amor por sus hijos, y desvirtuándose el amor que le ofrecía Torvaldo, su esposo: un amor posesivo, materialista y de apariencias sociales. Así, el hogar burgués de la familia Helmer se nos presenta como un mero espejismo, un engaño para aparentar ante la sociedad, cuando en realidad sólo es una Casa de muñecas, donde la protagonista es una muñeca que juega a ser mujer, mediada por las indicaciones y presunciones de un esposo que cimienta desde el principio el desamor al que somete a la protagonista durante la obra, y que es develado al final de esta.   

Trabajadora hasta altas horas de la noche, comprando lo más barato para ella. Muestra de más amor, de entrega y sacrificio que profesaba hacia su esposo. Haciendo una contribución grande de entrega para que todo en su hogar marchara normalmente, sin que los agobiara el pago de una deuda que había adquirido para salvar a su esposo 

Sin embargo, todos estos acontecimientos nos revelan una mujer que, oponiéndose a las reglas sociales del siglo XlX, transgrede toda norma legal y social para salvar a su esposo. Aunque lo que se hace visible a los demás es una mujer sumisa y sometida a la voluntad de su esposo, en su interior se encuentra una mujer valiente y decidida, como se observa en el siguiente fragmento de la obra: 

Cristina: Bien, pero tu padre les dio el dinero necesario. 

Nora (Sonriendo): Sí, eso es lo que cree Torvaldo y todo el mundo, pero... 

Cristina: ¿Pero? 

Nora: Papá no nos dio un céntimo. Yo fui la que conseguí el dinero. 

Cristina: ¿Tú? ¿Una cantidad tan importante?... (Ibsen, 2001:14). 

 

La preocupación de Nora por su esposo, la hizo llegar a instancias extremas e insospechadas, como falsificar la firma de su padre para así poder conseguir prestado el dinero, con el fin de atender la enfermedad de su cónyuge 

Agustina Bustamante (2009) define a Nora como La nueva Eva del siglo XIX, y no es para dudarlo. De la historia Bíblica conocemos los relatos del Antiguo testamento respecto a Adán y Eva, en especial, aquel pasaje en el que Eva desobedece la prohibición de Dios al comer el fruto prohibido, lo que la lleva a ser desterrada del paraíso por transgredir las normas del Dios supremo, para enfrentarse a las desventuras de una nueva vida fuera del edén. Sin embargo, otra versión Bíblica menciona que no fue Eva la primera mujer de Adán, sino Lilibet, quien se negaba a atender las peticiones de Adán, y prefirió irse antes que verse sometida. Así mismo es Nora, la nueva Eva, la nueva Lilibet, la nueva mujer que quebranta las normas de la sociedad de aquella época, quien finalmente despierta de aquel hogar falso edificado en el desamor, y decide marcharse 

Para Rocío Castro Ponte, en su estudio introductorio y notas de la obra Casa de muñecas (1996), Torvaldo representa a la sociedad, con su legislación imperfecta y muchas veces injusta, en cuyos criterios es fundamental identificar el papel que juega la iglesia luterana, según la cual el deber de una esposa estaba en el rincón de su hogar. Por el contrario, Nora representa la posibilidad del género femenino en el seno de una sociedad escrupulosa y falsa, que desconoce sus derechos y limita su campo de acción 

Esta obra, nos deja en claro cómo Casa de muñecas viene siendo un esqueleto tejido por el desamor y el despertar de la mujer en una sociedad conservadora. Enfrentándose con plante siendo más que digna de admiración. Aspectos que redimensionan el amor propio, el amor hacia sí misma, como expresión de autoafirmación y rebelión en contra de la oprimente tradición. 

El teatro, recrea la vida; es la puesta en escena la que nos permite develar y proyectar las ideologías y concepciones sociales que la época, y el contexto social, ofrecen. Por tanto, el teatro, como género literario, devela las inquietudes, las preocupaciones del autor, que quiere mostrar, de manera sabia, lo que abiertamente no se ve, y es el caso de la obra de la cual nos ocupamos en este análisis. (Agudelo Puerta) 

Bibliografía 

Agudelo Puerta, L. A. (s.f.). Dos acontecimientos mediados por los personajes de la obra “Casa de muñecas”, de Henrick Ibsen: el desamor y el despertar de la mujer en una sociedad conservadora.  

Anónimo. (2017). Casa de MuñecasEcuRed. 

Casa de muñecas. (s.f.). EcuRed. 

Ibsen, H. (s.f.). Casa de muñecas. Luarna ediciones  

Ibsen, H. (2001). Casa de muñecas. Chile: Pehuén Editores 

Bustamante, A. (2009). Concepto Teatro e Historia. Henrik Ibsen: Casa de muñecas. Revista Creación y Producción en Diseño y Comunicación, 5(21), 79-81. 

Ibsen, H. (1996). Casa de muñecas. Estudio introductorio y notas de Rocío Ponte, profesora de lengua española y literatura. Quito, Ecuador: Libresa.Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Henrik Ibsen. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España). Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/i/ibsen.htm  

 

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