lunes, 17 de mayo de 2021

Casa de muñecas "La sublevación de Nora Helmer" por Xavryne Ubaldo Robles

 


UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE
 MÉXICO 
 
FACULTAD DE HUMANIDADES 
LENGUA Y LITERATURA HISPÁNICAS 

 

 
 

TRAGEDIA 

 

Profesor: Luis Quintana Tejera 

 

 

QUINTA LECTURA COMPLEMENTARIA 

CASA DE MUÑECAS, DE IBSEN 

 

 

Alumna: Xavryne Ubaldo Robles 

 

 

 

 

 

 

Fecha: 6 de mayo de 2021 

 

 

LA SUBLEVACIÓN DE NORA HELMER COMO REACCIÓN LA OPRESIÓN DE LA MUJER DEL SIGLO XIX 

Xavryne Ubaldo Robles 

 

El siglo XIX fue un periodo que además de caracterizarse por conflictos de índole social y de relevantes avances y descubrimientos científicos, también fue determinante para la aparición de una nueva tendencia literaria que surg como reacción al romanticismo y sus idealismos. Propuso una filosofía positivista en la que la narración fuera descrita con objetividad, tomando como referencia la realidad misma. A esta corriente se le denominó «Realismo», y aunque en un inicio solo hacía referencia al ámbito artístico realista, pronto significó una manifestación para los textos narrativos y obras teatrales.  

Es durante este momento histórico que Henrik Ibsen (Skien,1828-Cristianía1906)1 funge como principal representante del realismo en el teatro europeo. Una de sus obras más famosas es Casa de muñecas (1879), que, tras su estreno en el Teatro Real de Copenhague, causó gran revuelo en la sociedad de Dinamarca por la osada temática que Ibsen planteaba al desarrollar una historia que gira en torno a una mujer que se resiste a seguir las imposiciones de la sociedad en relación con su papel como esposa y madre. En el drama realista se descubre “la superioridad moral de la mujer sobre el hombre en su lucha por alcanzar un objetivo: la reforma de la estructura de la sociedad y de las normas sociales y morales para un futuro mejor de la comunidad”.2 

Otras obras notables del dramaturgo noruego son: Hedda Gabler (1890), Peer Gynt (1867), Espectros (1881), Un enemigo del pueblo (1882), El pato silvestre (1884), entre otras. 

Ibsen es una figura representativa del teatro europeo no solo por sus memorables obras, sino también por su mordaz crítica que reflejó en estas a la luz del contexto social imperante en aquel entonces, incluso si se les calificó como escandalosas e inapropiadas. 

Los dramas de Ibsen significan un cambio en la visión del mundo y subrayan la necesidad de un giro en la estructuración de la sociedad. La nueva mentalidad pragmática del pueblo irlandés se identifica con esa revolucionaria concepción de la sociedad que definen los dramas socio-críticos del genio noruego. […] El proceso de cambio que soporta el país tiene repercusiones positivas en la aceptación del drama realista.3 

 

El propósito de la siguiente lectura complementaria es realizar un análisis del personaje de Nora Helmer de la obra Casa de muñecas; se usará como base la edición digital publicada por la Editorial del Cardo 

 

LA SUBLEVACIÓN DE NORA HELMER COMO REACCIÓN A LA OPRESIÓN DE LA MUJER DEL SIGLO XIX 

Ya desde el inicio, el nombre de la obra proporciona un pequeño vistazo de la posible significación tras la frase nominal «Casa de muñecas», haciendo referencia a un espacio familiar y hogareño donde habitan unas «muñecas» o unos objetos de juguete cuya única función es la de entretener a otro individuo que las tiene bajo su poder. Habiendo dicho esto, la relación del título con el contenido se resume a dos aspectos: 

  1. Se configura como una clara alegoría a la opresión de la mujer en la época comprendida durante el siglo XIX.   

Los roles asignados a cada uno de los sexos estaban determinados por sus características biológicas. Según la inteligencia masculina de la época las mujeres debían permanecer en el hogar educando a los hijos y cuidando a la familia mientras que los hombres debían consagrarse a las actividades públicas y al trabajo productivo que les permitiera sostener a sus dependientes.4 

  1. Se trata de un leitmotiv que se sugiere en el drama cuando 1) Nora le muestra a Torvald las muñecas que compró para su hija y dice que el hecho de que sean baratas no importa porque probablemente las romperá pronto de todos modos. Esto es interesante, ya que se sugiere que Nora está criando a su hija para una vida similar a la de Nora, pero al mismo tiempo presagia que Nora abandonará a Torvald2) al jugar Nora con sus hijos, se refiere a ellos como sus «muñecos»: “Y mis hijos, a su vez, fueron muñecos míos. A mí me divertía que jugaras conmigo, como a los chicos les divierte que juegue con ellos”5; y 3) durante el desenlace, en la confrontación final: “Vos siempre fuiste muy bueno conmigo. Pero nuestra casa nunca fue más que una casa de juguete. Yo fui la muñeca-esposa de esta casa, como fui la muñeca-niña de la casa de papá… Eso es todo lo que fue nuestro matrimonio, Torvald”.6 

Sobre Nora y su comportamiento  

Al empezar el acto primerose observa a una Nora contenta y, al parecer, satisfecha con la vida que ha estado llevando desde que se casó con su esposo y tuvo tres hijos. Habla animadamente con Torvald, le contesta con cariño, además de mostrarse entusiasmada ante el sueldo que obtendrá en su nuevo trabajo. Actúa como una pequeña niña malcriada y mimada aún si a veces se le trata con cierta condescendencia.  

A medida que avanza la tramase descubre que no es tan ingenua como aparenta. Es capaz de entender los detalles comerciales de la deuda que adquirió por haber pedido un préstamo para ayudar a mejorar la salud de su esposo, hecho que indica la inteligencia y habilidad superiores a las aceptadas en una sociedad en que se concebía a una mujer atada a sus labores domésticas y de esposa obediente. Asimismo, se reafirma su determinación y actitud independiente mientras confiesa en acto de confidencia a la Sra. Linde de ser la responsable de pagar los gastos del viaje: “… después descubrí otras maneras de ganar plata. La Navidad pasada me conseguí un montón de trabajo para copiar. Me encerraba todas las noches y me quedaba escribiendo hasta muy tarde. Era cansador, claro, pero también era divertido trabajar y que me paguen. Era casi como ser un hombre”.7 

El posterior engaño de Krogstad no consigue cambiar la naturaleza aún escondida de Nora, por el contrario, le incitan a ver la situación en que se encuentra: una mujer subestimada por todo y todos. “Yo volví a ser tu muñeca, y ahora tenías que manipularla con más cuidado todavía, porque demostró ser tan frágil…”8, dice en el tercer y último acto durante la confrontación final. Es el punto de anagnórisis clave en que Nora Helmer, se percata de que siempre estuvo siguiendo el papel de muñeca en una obra que inicio desde ocho años atrás al aceptar ser esposa y madre. Acepta al fin que ese no es el rol que desea interpretar ni para Helmer, Krogstad, ni mucho menos para la sociedad. 

Destruiste mi felicidad. Arruinaste mi futuro. ¡Qué espanto! Ahora estoy en manos de una inmoral, de un tipo sin remordimientos de conciencia, ¡completamente en su poder!... ¡Ay, tener que hundirme como un perro por culpa de una mujer indigna!”9, exclama Helmer como reacción al verse enterado de lo que tanto tiempo Nora estuvo escondiendo. Le recrimina severamente las consecuencias por haberle salvado la vida, pero Nora ya no es la misma, pues se encuentra más que decidida a ya no seguir ateniéndose a él. Es así como termina por despertar, desatarse de las cuerdas que la mantenían unida a su pequeña casa de juguete, y abandonar a su familia para reencontrarse con su libertad perdida, en una sociedad del siglo XIX. 

En cuanto al rol que desempeña Torvald, se trata de uno que no hace más que acentuar las normas imperantes de la época, pues es un hombre cuyo único poder radica en tener el dinero suficiente para satisfacer a la Nora-muñeca mimada. Los apodos dirigidos a esta (ardillita, pichoncitosugieren que él piensa en ella casi como una niña o una mascota. Esta impresión se enfatiza cuando Nora esconde la golosina, como una niña traviesa que teme que la atrapen. La actitud parecida a un padre de Torvald se destaca por la forma en que le regaña suavemente sobre el dinero, lo que implica que cree que ella no es lo suficientemente inteligente como para ser financieramente responsable, e incluso que existe cierta desconfianza entre ambos, pues mientras que Helmer no le confía, Nora finge sentir una obediencia que al menos, al inicio, es mínima -y fingida-, pero conforme prosigue la obra, se incrementa hasta transformar a la protagonista, en un modelo de mujer desafiante ante el hombre. 

 

Figuras literarias 

  1. Hipérbole 

No creo que lo conozca; se llama Krogstad, abogado, y corrupto hasta la médula”.  

  1. Comparación 

Me ha dicho que se encontraba como un náufrago agarrado a una tabla”. 

  1. Disfemismo 

Dentro de un mes, probablemente, estaré pudriéndome en el cementerio”. 

  1. Eufemismo 

No; sinceramente, no. Pero ¿será cuestión de que me marche... para siempre?”. 

(Ibsen, Editorial del Cardo) 

Conclusiones 

A lo largo de la lectura complementaria, se habló de Henrik Ibsen como una figura esencial dentro del movimiento literario realista. Los breves párrafos presentados pretendieron dar una ligera introducción al tema, que, si bien no eran parte del desarrollo, ayudaron a ponerse en contexto. El análisis expuesto después pretendió exponer al personaje desde no solo una visión en la que se rebela contra las normas sociales y desafía con fervor, sino que también desde una en la que es un mero individuo que, al igual que todos, merece ser libre. 

 

Referencias 

Adams, Robert. (16 de marzo de 2021). Henrik Ibsen. Enciclopedia Britannica. Recuperado el 1 de mayo de 2021 de https://www.britannica.com/biography/Henrik-Ibsen 

Garrido, Guadalupe & otros. (2019). Literatura, libro de texto. UAEM. 

Gutiérrez, Ana. (2000). De la mujer ideal a la mujer real. Las contradicciones del estereotipo femenino en el siglo XIX. Escuela Nacional de Antropología e Historia. Recuperado el 4 de mayo de 2021 de https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35101813 

Ibsen, Henrik. (2006). Casa de muñecas. Editorial del Cardo. https://biblioteca.org.ar/libros/130356.pdf 

Osuna, María. (2018). Los paradigmas del teatro realista en Henrik Ibsen y Lennox Robinson: sociedad vs individuo. Contrastes y similitudes en Casa de Muñecas y Encrucijada. Universidad Antonio de Nebrija. https://helvia.uco.es/xmlui/bitstream/handle/10396/18507/alfinge_30_5.pdf?sequence=1&isAllowed=y 

Quintana, Luis. (2019). Culpa y castigo. Tragedia clásica europea. Trajín. 

___________. (2019). Las trampas de la retóricaTrajín. 

Robert, Adam. (5 de marzo de 2021). Henrik Ibsen. Enciclopedia Britannica. Recuperado el 1 de mayo de 2021 de https://www.britannica.com/biography/Henrik-Ibsen 

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