Obra poética
Lord Byron.
Byron fue un
escritor prolífico. En 1833 su
editor John Murray publicó 17 volúmenes sobre toda su obra, incluyendo la
biografía de Thomas Moore. Su gran obra, Don Juan, un poema de
17 cantos, fue uno de los más importantes poemas largos publicados en Inglaterra,
Don
Juan influyó a nivel social, político, literario e ideológico. Sirvió
de inspiración para los autores victorianos.
Dejó su huella en
los autores románticos del siglo XIX,
sobre todo por sus héroes o antihéroes. Sus personajes presentan un idealizado, pero defectuoso carácter cuyos atributos
incluían:
·
Un gran talento
·
Gran exhibición de pasión
·
Aversión por la sociedad y por las instituciones
sociales
·
Frustración por un amor imposible debido a los
límites impuestos por la sociedad o la muerte
·
Rebeldía
·
Exilio
·
Oscuro pasado
·
Comportamiento autodestructivo.
Las obras Las peregrinaciones de Childe Harold, Lara, Manfredo y Don
Juan son claramente autobiográficas.
En la España
absolutista del rey Fernando VII de España y en una América
hispana que luchaba por su emancipación, la vida y obra de Byron tuvieron una
gran influencia y sirvieron de inspiración a los poetas del Romanticismo.
Fue un autor
admirado por muchos de sus contemporáneos, como Goethe, Alphonse de Lamartine, Jan Potocki,
y por otros de generaciones inmediatas, como Edgar Allan Poe (quien
basó muchas de sus Narraciones extraordinarias en
personajes de Byron), Gustavo Adolfo Bécquer, Mijaíl Lermontov, Alejandro
Pushkin, José Mármol, Víctor Hugo, Alejandro Dumas yCharles Nodier.
Lord Byron
tuvo un particular magnetismo personal. Consiguió la reputación de no ser
convencional, ser excéntrico, polémico, ostentoso y controvertido. Muchos han
atribuido sus capacidades extraordinarias a un trastorno bipolar, también
conocido como síndrome maníaco-depresivo. Siempre fue ácido y cruel. Se inclinó
por los desheredados, los marginados, los miserables como los corsarios y
los cosacos,
y todo lo demás era hipocresía: nobleza, sociedad, etc. Siempre defendió a los
más débiles y a los oprimidos, por lo que apoyó a España frente
a la invasión napoleónica, a la independencia de las naciones suramericanas y,
por supuesto, a la libertad de su querida Grecia. Fue un gran admirador de Rousseau. Tuvo gran afición por la compañía de
los animales, como por su perro Terranova «Boatswain»,
en cuya tumba escribió:
Aquí reposan
los restos de una criatura
que fue bella sin vanidad
fuerte sin insolencia,
valiente sin ferocidad
y tuvo muchas de las virtudes del hombre
y ninguno de sus defectos.
los restos de una criatura
que fue bella sin vanidad
fuerte sin insolencia,
valiente sin ferocidad
y tuvo muchas de las virtudes del hombre
y ninguno de sus defectos.
Byron,
mientras estudiaba en Cambridge, guardó un oso en una institución en donde
estaban prohibidos los animales domésticos. En otras épocas de su vida tuvo de
compañía a un zorro, monos, loros, gatos, un águila,
un halcón, gallinas de
Guinea, un cuervo, un tejón, gansos, una grulla egipcia y
una garza.
Obra
La hora de la muerte de Manfredo, de Johann
Peter Krafft, 1825.
.
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