viernes, 5 de mayo de 2017

Comentario de Otelo por María José Aguilera Cárdenas

Otelo 

William Shakespeare 


Por María José Aguilera Cárdenas 


William Shakespeare es uno de los escritores más reconocidos y aclamados por el canon literario occidental. Su figura biográfica ha despertado también un gran interés pese a que la escasa información disponible ha derivado especialmente en especulaciones. 
 Muchos autores juzgan desproporcionalmente menor su educación comparada con la calidad de la obra. A su vez la ausencia de datos y documentos sobre el estilo de vida del dramaturgo inglés dan pie a muchos mitos. Sin embargo, ante la falta de pruebas fehacientes sobre su identidad resta preferiblemente disfrutar del material dramático. 
 Entre 1601 y 1609 (durante el ascenso de Jacobo al trono)Shakespeare crea algunas de sus más importantes obras entre las que se encuentran Hamlet, Macbeth, Rey Lear, Antonio y Cleopatra, y Otelo. En su conjunto destaca la temática de la traición y la hipocresía. En esta ocasión analizaré la última tragedia mencionada: Otelo. 
En el comienzo del texto Yago se refiere un hecho ya ocurridoCasio ha sido escogido como teniente por Otelo, dejándolo con un sentimiento de fracaso y frustración al no poder lograr su metaYago maquinará una gran red de malentendidos en la que caerán todos los personajes hasta llegar a lo que desea. Los monólogos de Yago y sus conversaciones con Rodrigo permiten entrever su naturaleza ambiciosa e incluso egoísta, pues él mismo confirma que detesta a Otelo y sólo está con él para cumplir con sus fines privados.  

En medio de una de tantas manipulaciones, Yago convence a Rodrigo para que con gritos perturbe la tranquilidad de Brabancio, senador de Venecia y  padre de Desdémona, para que así ella tenga que revelar los encuentros secretos que mantiene con Otelo, un moro del que ya ha contraído nupcias.  El padre al descubrirlo se llena de horror y pretende acusar a Otelo con el Dux de Venecia para cobrar venganza, pues lo acusa de haber hechizado a su hija o haberla convencido de una manera deshonestaOtelo argumenta que Desdémona se enamoró cuando le relató las hazañas y peligros que vivió en el pasado, es decir, que se enamoró de su valentía. Finalmente ella confirma su veracidad. 
 El amor desinteresado es muestra de la pureza con que estos personajes se desenvuelven al principio de la obra El Dux le pide a  Otelo vaya a Chipre a pelear pues los turcos están invadiendo, sin embargo Otelo no está dispuesto a dejar sola a Desdémona y ella tampoco lo está a quedarse. Se toma la decisión de que ambos acudan a Chipre. Luego es presentada una premonición del comportamiento del enamorado al exclamar con gran irritación Brabancio: “Célala, moro, ni un punto dejes de guardarte: burló  a su padre, y bien podría engañarte” (Shakespeare, 1982: 35). Dicha aseveración más adelante dejará en desventaja a Desdémona.  
Rodrigo sufre ciego de razón por su amor no correspondido. Yago se aprovecha del dolido en estado tan vulnerable para manipularlo y convencerlo de separar a Otelo y Desdémona. En esta misma escena hay una anagnórisis en la que finalmente conocemos la verdadera razón del rencor de Yago hacia Otelo: cree que el moro ha seducido a su esposa Emilia. 
Al realizar el viaje a Chipre Desdémona es acompañada por Yago. En el camino surge tormenta semejante al destino de los personajes, el mar está perturbado y tempestuoso. Gracias al fenómeno natural los turcos desaparecen, mientras que logran arribar los viajeros. Durante una conversación entre Emilia, Desdémona y Yago, seguimos percibiendo su personalidad tan soberbia y burlona. 

El destino es un elemento fundamental para la elaboración de la tragedia, En la escena primera del segundo acto  Otelo exclama como si supiera inconscientemente que a las fortunas siempre les siguen grandes desgracias¡Ay, si muriera, feliz en este instante moriría!, ¡Mi pecho está tan colmo de ventura, que temo que el destino misterioso, otra como ésta para mí no guarda! (Shakespeare, 1982: 40). 
A diferencia de esta postura de resignación y miedo al destino; Yago, que es perfilado como antagonista,  se considera capaz de tomar las riendas del destino: decide tomar venganza con sus propias manos  y realiza un plan para colmar de celos a Otelo. El moro, como suele ocurrir entre los personajes trágicos, es demasiado ingenuo y no se da cuenta de la hipocresía y de las intenciones de su acompañante. 
Yago reconoce fácilmente las debilidades en las personas y se aprovecha de ellas. Decide embriagar Casio y con ayuda de Rodrigo enfurecerlo, causando un espectáculo que le costará el nuevo puesto de teniente a Casio. Yago, hipócritamente le aconseja a Casio que se acerque a Desdémona, pues al ser la más cercana a Otelo es más fácil que ella lo convenza de dar perdón. Yago juega el papel de un consejero similar a un demonio que seduce y que se aprovecha de la ignorancia de los que le rodean 
En el acto tercero Otelo cae en las redes de Yago que le ha sembrado dudas: lo convence de que es incongruente e innatural que Desdémona haya decidido estar con él, que por ello en cualquier momento puede cometer infidelidad. Sugiere ya haber escuchado rumores por parte de Casio y remata reflexionando que si Desdémona mintió a su propio padre, puede hacerlo con más facilidad a su esposo. Aunque al principio el moro se mantenía confiado completamente de su esposa, mientras más argumentos explica Yago, lentamente los celos se apoderan, le convierten en un ser distinto al que era en un principio. 
Pareciese que las circunstancia están a favor de Yago. Desdémona tira sin querer un pañuelo que le obsequió su esposo, Emilia lo recoge y se lo entrega a Yago pues intenta llamar su atención y agradarle en numerosas ocasiones. Otelo pierde el control amenazando a Yago para que este le otorgue pruebas de que Desdémona le es infiel, no quiere vivir en la duda que lo está atormentando. Yago dice haber visto el pañuelo en manos de Casio, lo cual le enfurece  completamente. Otelo decide ir a comprobarlo por sí mismo y acude a hablar con Desdémona. La hija de Brabancio elige el peor momento para pedirle a Otelo que perdone a Casio pues aumenta las sospechas de Otelo, quien se marcha aún más lleno de rabia.  
En el siguiente acto presenciamos el increíble ingenio de Yago que tras acusar a Casio de yacer con Desdémona, pide a Otelo se oculte y sea testigo de una conversación entre él y Casio. Yago hace a Casio hablar sobre Blanca, quien por ser prostituta es víctima de malos comentarios y juicios contra ella, haciéndole creer al moro que está hablando de su esposa. Al marcharse, Yago manipula a Otelo incluso en cómo debe matar a Desdémona, le dice que lo mejor es que la estrangule, ciego por sus celos el moro accede. 
Yago es como una consciencia primitiva, la voz de la falta de razón, de los instintos y la ira. A lo largo de toda la obra, Desdémona ignora la razón por la que Otelo se vuelve tan agresivo en contra de ella. Otelo no es el mismo que era antes, es ahora una víctima de sus impulsos, se encuentra ciego de rabia e incluso quienes lo conocían dicen que es una persona totalmente distinta. 
Otelo insulta a Desdémona, e incluso la abofetea sin explicarle jamás el por qué. Está completamente descarriado y ahogado en su egoísmo como para considerar escuchar siquiera una segunda versión de la historia. Desdémona se lamenta y llora durante una conversación que mantiene con Yago y su esposa. Yago lleva la hipocresía a su máxima expresión, pues Desdémona declara sospechar que alguien está engañando a Otelo con tal de conseguir un puesto o algo similar, a lo que él contesta: “No hay hombre semejante: es imposible. ¡Calla!” (Shakespeare, 1982: 50). 
Rodrigo comienza a darse cuenta del engaño, pero cae de nuevo en el poder de convencimiento de Yago, quien le dice que si mata a Casio acabará con cualquier obstáculo y evitará que Desdémona se marche. En cuanto Rodrigo se va, Yago no teme admitir lo poco que le importa que su “amigo” muera en el intento, sólo le importa lograr su venganza. Casio se defiende de Rodrigo y lo ataca, así que Yago hiere a Casio de espaldas, tiene un plan completamente elaborado. Ludovico y más personas acuden al desastre que está ocurriendo, Yago actúa como si llegara apenas, desconoce a Rodrigo y lo mata. Además culpa a Blanca de la muerte de Casio aprovechándose de su mala reputación.  
En el quinto acto hay una serie de anagnórisis para todos los personajes que habían sido engañados por Yago. Mientras ocurre el desastre y pese al griterío de Casio y Rodrigo, Otelo interroga a Desdémona en su habitación, ella a pesar de ser inocente no puede convencer a su marido. Víctima de los celos, el moro estrangula a su esposa.  
Enseguida llega Emilia, la esposa de Yago, desencadenando el momento de reconocimiento trágico, pues al llegar más personas y descubrir el acto infame cometido por Otelo explica lo ocurrido realmente con el pañuelo, hecho que más adelante es confirmado por Casio. Yago jamás pide perdón, es un personaje completamente oscuro que no se arrepiente de sus acciones mientras que Otelo se quita la vida. 



Referencias  

Shakespeare, W. (1982), Tragedias (trad. de Jaime Clark, 17° edición). México, Editorial Cumbre.   

Quintana, L. (2016), “La verdadera identidad de Shakespeare, una polémica que resurge”, Tragedia 2016. Consultado el 19 de marzo de 2016 en http://tragedia2016.blogspot.mx/2016/03/la-verdadera-identidad-de shakespeare.html 

Anónimo (2016), “William Shakespeare: vida y obra”, Ladeliteratura.  Consultado el 19 de marzo de 2016 en _http://www.ladeliteratura.com.uy/sala/renacoro/shakespeare/shakespeare.pdf 

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