“Un cerebro inteligente” de Luis Quintana Tejera
Por Jared Ortiz
¿Qué es
auténtico en el mundo? Puedo decir que todo lo que salga de la mente de un
creador, todo lo que salga de la imaginación humana es auténtico, pero, ¿es
esto cierto? Yo, en lo particular, cuando escribo lo hago en una pequeña
libreta. Mis ideas las plasmo con un lápiz y me enorgullezco por llenar poco a
poco esa libreta deseosa por contener ideas, malas en un principio. Pero dentro
de todo esto hay errores, errores que son míos, pero tratar de no cometerlos es
la parte gratificante en todo este desmadre. Al escribir en máquina, ésta
quiere cambiarnos el acento a lugares donde no deberían ir. Nos hacer
personalizar la forma de las letras, pero quiere que corrijamos “pa’ fuera”. Al
final nada de lo que escribimos es nuestro, menos algo que viene de una máquina
fría y sin alma -materia prima para la creación-. Es por eso que el cuento un cerebro inteligente de Luis Quintana Tejera me llama la
atención en sobremanera.
Ahora bien, en un mundo mediocre, donde el
dinero es lo que mueve al común de los mortales, existe un grupo de personas
dedicadas al entretenimiento barato en YouTube. Esta gente, que de escritores
tienen poca cosa, se levantan un día o sus agentes de publicidad los levantan
un día con la idea de vender más para que el dinero nunca les falte; deciden
escribir un libro. Pero, oh sorpresa, ellos no entienden ni jota de escribir, y
si escriben se verá influenciado por su contenido basura. ¿Qué deciden hacer?
Fácil, pagarle a un escritor poco/nada conocido para escribir un libro
bueno/pésimo y satisfacer las ganas de dinero, y de paso complacer a un público
mediocre. Aquí es donde entran los escritores fantasmas, los “negros del
negro”. De esto, en parte, trata este cuento.
El cuento tiene un inicio in extrema res, se
sabe porque una marcada analepsis se encuentra en los primeros párrafos de
este. Todo se cuenta desde un hipotético futuro en el que vemos, a través de
prolepsis desde nuestro punto en el espacio-tiempo, etapas en la que una amante
de la informática y la computación va dando vida a un creador de historias
artificial.
La historia de Estela, la protagonista, es
contada desde la visión de un ser que no posee nombre, eso puede dar cabida a
muchas suposiciones, ya que después de que esta muere, él sigue recordándola y
describiendo qué pasa con su vida luego de la muerte. No me parece que se trate
de una persona en sí. Este aspecto sólo lo sabe el autor.
La narrativa puede ser lenta y cansina; se nos
va describiendo cada pequeño detalle, como el color de la CPU, que, por cierto,
el color no está ahí de gratis. El color de la máquina es una gran metáfora que
hace referencia a los famosos personajes llamados “negros”, que eran los que
escribían las obras en lugar de los autores.
En este hipotético 2012, Estela se dedica a
completar su sueño de crear un relato o una historia con el poder de la era
cibernética, y lo logra. Crea, bueno, más bien, se encuentra presente para el
nacimiento de un relato de cinco cuartillas. Se podría decir que es un pequeño
paso para la literatura y un gran salto para ella.
Este pequeño logro no la deja conforme y
decide seguir llenando a su querida máquina de información, patrones de vida,
deformidades en la población. También le enseñó técnicas que sólo un ser humano
puede aplicar con sutileza, o por lo menos lo intentan; hablo de las figuras
retóricas.
Para el 2020, una prolepsis desde nuestro
punto temporal, las cosas van como ella quería que fueran, o quizá no lo
planeó. Retroalimentando a la máquina con ideas, historias, anécdotas y cosas
de la vida, puede que un poco de moral, fueron templando el carácter es esta.
Así fue como dio a luz a un hijo creado por lo artificial, que fue galardonado.
Pero no fue hasta el 2051, con un lapso absurdo, pero real para algunos
escritores, la obra fue publicada.
Esto iba de menor a mayor. Tanto que la
crítica ingenua no se daba cuenta de la estafa. La crítica, con su terrible
afán de ponerle nombre a todo lo que se mueva en su medio -ya sea la
literatura, el cine, la música, los videojuegos, etc.-, tiene miedo a no saber clasificar
una cosa para compararla con esta o con aquella, esto hace los análisis a obras
más “parciales”, según la estética, la época y hasta la nacionalidad. Y no se
supone que yo diga esto, pues si nos ponemos a etiquetar a las cosas diría que
este cuento se encuentra en el campo de la ciencia-ficción. Ya que yo soy la
crítica es mi objetivo hacer esta comparación, pero bien se puede decir que
esto es una idea que encuentra su forma de expresión en un sistema de escritura
con el que se acomoda con fiel delicadeza.
Como si de una espada se hablara, extensión
del brazo del guerrero, la máquina, extensión de la imaginación del hombre y
una sanguijuela de mentes, en los últimos días de Estela pasó a segundo plano
para empezar un nuevo libro contando como es que las cosas, hasta este punto,
habían pasado. Contar todo es un acto humilde, se puede estar hablando de una
revelación, de una catarsis. Dejar de usar muletas para poder contar la verdad.
Nadie podía creer lo que se leía en las
confesiones de Estela. La tomaron como una novela de ciencia-ficción. Esto
demuestra una cosa, y es que un escritor debe de ser un buen mitómano. Todo lo
que escribe debe de ser una mentira, que en primera instancia, el autor debe
creer como verdadera. Una realidad en la que tiene que involucrarse
escritor/escrito. Y esto fue lo que la crítica vio con la primera novela de su
autoría.
A mi parecer, esto trata de ser una crítica a
la sociedad actual, ya que temas tratados en este cuento pueden verse en el
mundo literario actual. Digamos que esto es una predicción usando como
alegorías a la máquina, que pueden pasar a ser humanos. Con esta simple
comparación nos damos cuenta que sí, en verdad está pasando. La máquina está
empezando a despertar. Y tengo miedo. En un futuro toda figura social, que
posea un impacto considerable en su mundo, será capaz de “escribir” un libro
firmado con su nombre. En este relato se muestra un pedazo de una distopía que
los únicos beneficiados serán aquellos que tengan un buen contacto y el mejor
impacto para la demanda que ofrece su “trabajo”. Un futuro así sólo puede pasar
en un libro, pero muchas veces la realidad supera a la ficción.
Bibliografía
●
López, Alejandro. La invasión de los idiotas y el mundo feliz que predijeron Aldous Huxley
y Umberto Eco. “Cultura colectiva”. 1 jul. 2016. Web. 6 dic. 2016. http://culturacolectiva.com/la-invasion-de-los-idiotas-y-el-mundo-feliz-que-predijeron-aldous-huxley-y-umberto-eco/
● Quintana, Luis. Un cerebro inteligente. “Narrativa breve
europea”. 29 may. 2016. Web. 6 dic. 2016.
http://quintanatejera.blogspot.mx/2016/05/un-cerebro-inteligente.html